Sus tiendas, su mercadillo lleno de gangas y su colorido carnaval de agosto lo han hecho famoso. Y la película protagonizada por Hugh Grant y Julia Roberts en 1999 hizo el resto. Un barrio delicioso.

En la década de los cincuenta del pasado, Notting Hill empezó a hacerse muy popular por sus nuevos vecinos procedentes de Jamaica. La cultura isleña impregno la zona y acabo dando lugar a la cita anual más conocida del barrio, el carnaval. Se trata de uno de los festejos callejeros más multitudinarios de Europa, con su gran desfile del último lunes de agosto. Las calles se llenan de carrozas, disfraces caribeños y altavoces que escupen CALYPSO Y REGGAE. Fuera de esa fecha, la zona es más sosegada para el paseo y las compras. Desde sus elegantes aceras se pueden contemplar casas victorianas con sus jardines repletos de flores.
La manera más fácil de llegar es con el metro hasta la estación de Notting Hill Gate. Muy cerca de ahí, se accede a Pembridge Road, la calle que lleva a Portobello Road, donde se encuentra el mercado que lleva el mismo nombre: Portobello Road Market. Su visita resulta más animada en sábado, cuando además hay puestos callejeros, es todo un espectáculo: Los visitantes se mezclan con los locales buscando gangas en unos puestos donde se apilan todo tipo de artículos, desde excelentes piezas de anticuario a objetos de formas estrambóticas con una utilidad difícil de adivinar. Algunos vienen a comprar, otros a observar las negociaciones y nadie se queda indiferente antes los ingeniosos intercambios verbales entre el cliente y el dueño del puesto. Son unas conversaciones que vienen salpimentadas con ese humor tan británico. Hacia el final de la calle hay una mezcla increíble de artículos nuevos y usados, mientras que en el mercado de Portobello Green se suceden un sinfín de tiendas de ropa y bisutería.

LIBROS PARA VIAJAR.
Todas las calles y plazas cercanas al mercado son encantadoras para pasear, incluso cuando llueve. Es entonces cuando la idea de entrar en una librería a hojear libros o en un local a tomar algo caliente resulta especialmente apetecible. Un sitio que ofrece ambas posibilidades –hojear libros y tomar algo- es Books for cooks, en el numero 4 de Blenheim Crescent. El local es pequeño, y la propuesta de la casa, la mar de original. Presenta una buena selección de libros de gastronomía y una pequeña cocina al fondo del establecimiento, donde unos hábiles cocineros preparan recetas de todo el mundo. Después las sirven a los afortunados que consigan hacerse con una de las solicitadas mesas. Si el local está abarrotado pero uno decide esperar el próximo turno, una manera muy amena de hacer tiempo es caminar hasta The Travel Bookshop, en los números 13-15 de la misma calle.

Ahí se encuentra la pequeña tienda que inspiro la librería que regentaba Hugh Grant en la película Notting Hill. Es un lugar acogedor con una interesante selección de libros de viaje. Si ya ha entrado el hambre, para los que quieran comer un plato muy británico, un sitio recomendable es el Sausage & Mash Café.

Ofrecen hasta doce tipos de salchicha, desde la tradicional londinense hasta la de cordero con menta o la de jabalí con manzana y calvados. Todas ellas acompañadas de un cremoso puré, verduras y salsas a elección. ¿Y un pub? Pues sí, también. A poca distancia de Portobello Road, en el 89 de Westbourne Park Road, esta The Cow. Muy popular entra la gente del barrio, ofrece unos deliciosos platos de marisco que la clientela acompaña con pintas de Guinness o excelente cerveza local. Y para los que prefieran una atmosfera más moderna y sofisticada, el princes Bonaparte en el número 80 de Chepstow Road, es uno de esos pubs de estilo minimalista que se están imponiendo cada vez más por todo el barrio.
Westbourne Grove, que atraviesa el centro de Notting Hill, concentra restaurantes de moda como el 202, en el mismo número de la calle. Hacia el oeste, las tiendas de toda la vida han sido reemplazadas por outlets de ropa de diseño, como Heidi Klein en el número 174, o Agnés B en el 233. Y hacia el este, entre Chepstow Road y Queensway, Westbourne Grove se vuelve más exótica, con restaurantes internacionales, como Ginger, en el 115, con su oferta de delicias provenientes de Bangladesh, o Alwaha, en el 75, considerado uno de los mejores restaurantes libaneses de Londres. Aquí hay que tener en cuenta que, debido a los exorbitantes precios de los alquileres en la zona, muchos de estos lugares sobreviven poco tiempo y la oferta cambia constantemente.
• La hora del baño
Pero no todo son compras. En la esquina de Porchester Road, ya en el barrio Bayswater, se encuentran los baños públicos del mismo nombre albergados en un maravilloso edificio ART DÉCO donde hay tres salas de baño turco, dos de vapor, una de bañera de agua helada, un jacuzzi, una piscina y una sala de relajación.
Queensway es otra grata experiencia. Al principio de la calle esta Whiteleys, los primeros grandes almacenes de Londres, inaugurados en 1911. El edificio es un monumento de la mejor arquitectura eduardiana y hoy aloja un moderno centro comercial con tiendas y restaurantes. Para terminar el día, un paseo hasta Bayswater Road nos llevara a pasar por delante de un restaurante que mucha gente considera el mejor de todo Londres: The royal china, en el numero 13.
Hay que apuntar la especialidad: Raviolis rellenos de carne o pescado que se preparan fritos o cocidos al vapor.
EL ARTE MÁS VIVO
Una galería en el parque
En los Kensington Gardens encontramos la Serpentine Gallery. Sus muestras temporales han acogido las arañas de Lousie Bourgeois o las vacas en formol de Damien Hirst. Además, cada año, un arquitecto de renombre proyecta una instalación junto al edificio
Kensington gardens
EL RECUERDO DE LADY DI
Al otro lado de Bayswater Road se extienden los Kensington Gardens, un espacio verde de cien hectáreas que rodea el palacio donde vivió la princesa de Gales.
El nombre de la princesa diana esta muy ligado al palacio de Kensington. Este fue su lugar de residencia desde la boda con Carlos de Inglaterra en 1981 y también después de su divorcio, hasta su trágica muerte en 1997. No se pueden ser sus aposentos, pero si admirar algunos de sus vestidos de gala junto a fotografías de Mario Testino. También es posible visitar la royal ceremonial dress collection, con ropajes reales desde el siglo XVIII, y las habitaciones en las que la reina victoria paso su infancia. Para almorzar o tomar un té, allí mismo está el encantador salón Orangery.

Aquí añado un video sobre las calles de Notting Hill
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